Los seguros de salud son como las tarifas de móviles, las hay de todos los tipos y precios, por eso antes de decidirte por una empresa, te recomendamos que analices cuáles son y serán tus necesidades sanitarias y sobre todo cuanto estás dispuesto a pagar por ellas.

Si investigas un poco, te darás cuenta que hay muchas empresas de seguros y cada una ofrece servicios y paquetes con coberturas distintas. Ojo, no elijas la más barata, al final lo barato sale caro, es preferible escoger la póliza que se adapte mejor a tus necesidades, pues la salud no tiene precio.

Ten en cuenta que muchas empresas como Sanitas cuentan con ofertas especiales para autónomos y pymes y se ajustan a las necesidades de cada empresa.

Además debes prestar atención a las siguientes características de algunos de los seguros de salud:

Copagos (o cuota de seguro variable)

Son pequeñas cantidades que se abonan por cada servicio médico utilizado, por lo general contratar un seguro de salud con copagos será más económico porque el asegurado comparte el gasto médico.  El coste de los copagos puede ir desde 1 euro hasta 100, dependiendo del tipo de servicio sanitario que se requiera y también de la empresa aseguradora.

Si prevés que necesitarás de un servicio médico completo, contratar un seguro con copago puede que no sea la mejor alternativa.

Franquicias

Cuando hablamos de franquicias en términos de seguros de salud, significa que el franquiciado asume parte del coste de la asistencia sanitaria y a cambio recibe un descuento en el coste mensual del seguro.

Recomendamos contratar un seguro con franquicia si crees que necesitarás de asistencia médica más costosa.

Cuadro médico + Reembolso

En este tipo de seguros el asegurado puede optar por cualquier médico o clínica, aunque no estén concertados con la compañía aseguradora. Eso sí, deberá pagarlos y después presentar la factura a la aseguradora, que le devolverá entre el 70% y el 100% según la póliza contratada.

Lógicamente estos seguros tienen una cuota más elevada pero a cambio permiten acudir a médicos especialistas que no estén en el cuadro médico de la compañía aseguradora.

Exclusiones y carencias

Es habitual que se excluyan enfermedades contraídas con anterioridad a la firma de la póliza y que no se hubieran declarado al contratarla. También la cirugía estética, de cambio de  sexo, de reducción de la obesidad mórbida o las enfermedades producidas por actividades, profesionales o privadas, de alto riesgo.

Los medicamentos tampoco están incluidos salvo en procesos de hospitalización o tratamientos de quimioterapia.

Además, se suelen establecer carencias, es decir, periodos de tiempo que deben transcurrir desde la firma del contrato para tener derecho a determinados servicios como por ejemplo los dentales o los servicios de maternidad.

Fuente: https://infoautonomos.eleconomista.es